Desde el inicio de la humanidad como la conocemos, la belleza ha sido uno de los conceptos más codiciados. La hemos ligado directamente con el nivel de estatus social, aceptación y hasta con la felicidad, de hecho, el gran Stendhal decía que «la belleza es una promesa de felicidad».
Así, mientras la ciencia fue evolucionando, también fueron evolucionando las formas en las que las sociedades buscaban conseguir ese concepto de belleza tan preciado, hasta que, hoy en día, el mercado esta lleno de cremas para la piel, cosmética de alta gama y variedad de cirugías transformadoras.
Acompáñanos a conocer las curiosidades de el mundo de la estética desde sus inicios y al final te contaremos las intervenciones más raras que se han llevado a cabo.
Las curiosidades de la historia de la cirugía plástica
Por supuesto no podemos hablar de la historia de la estética sin hablar de como la belleza era concebida a través de las distintas épocas. Si, el ideal aplicado a la versión femenina siempre ha sido labios carnosos, piernas delgadas, cabello brillante, piel sedosa y una proporción armónica entre cintura y cadera; y esto no ha cambiado. Sin embargo, si que ha sufrido una que otra transformación, debido a que en la historia este concepto era dictado por las capas superiores de la sociedad.
Así, en las épocas de más hambruna lo que se consideraba bello era un cuerpo rollizo; cuando la mayoría de los hombres y mujeres trabajaban en el campo quemándose bajo el sol, aquellos que exhibían una palidez poco común eran los que se consideraban más atractivos. Luego, en los años 20 se comenzó a practicar una moral hedonista que le daba cabida a la homosexualidad y la bisexualidad, por lo que se apreciaba mucho tener un aspecto andrógino; y en los años 50, las mujeres con senos grandes eran las que se robaban todas las miradas. Hoy en día, finalmente, la sociedad intenta alcanzar el modelo de belleza caucasiano (anglosajón).
Así, tan viejo es el concepto de la belleza, como el de la cirugía estética, porque aunque suene increíble, existen indicios de la misma desde el Antiguo Egipto. Descripciones señalan que se realizaron correcciones nasales y tratamientos de cicatrices desde el siglo VII. De hecho, se sabe que el médico alejandrino Pablo de Aegina desarrolló un sistema para extraer los pechos a los hombres, ya que se consideraba un problema médico en aquel entonces. Y por supuesto, la liposucción ya había sido una invención, desde que Plinio el Viejo, en el primer siglo después de Cristo, la presenta como una «cura heroica de la obesidad».
La primera curiosidad de la historia de la cirugía estética es que todos sus pacientes hasta el siglo XIX eran puros hombres, incluso, cuando este tipo de intervenciones tuvo su boom en la era del Renacimiento, cuando se utilizaba para reconstruir la nariz de los afectados por la epidemia de la sífilis, una enfermedad venérea importada del continente americano y que hacia que la nariz se deformara a causa de la enfermedad.
La famosa ‘cirugía decorativa’, entonces, era más bien tratada como ‘secreto comercial’ hasta que el profesor Gaspare Tagliacozzi documentó e ilustró por primera vez una intervención nasal en 1597.
Este secretismo se debía a que a la Iglesia católica no le agradaba la idea de que los médicos rectificaran quirúrgicamente los rastros de la sífilis, ya que alegaban que interferían con el castigo divino, e incluso, el Vaticano llegó a condenar este tipo de intervenciones hasta que quedaron en el olvido.
Sin embargo, llegados al siglo XIX, el concepto de rehacernos a nosotros mismos era bastante aceptado y permitió que la cirugía estética reapareciera, junto con la anestesia y la antisepsia. Así, pudo evolucionar poco a poco hasta lo que conocemos hoy en día, gracias a que las practicas dejaron de ser tan dolorosas y a que se podía acceder a conocimientos ilustrados que permitían extender la doctrina para el que la necesitara, o el que la deseara.
La primera operación ‘quitabarriga’ de la que se tienen datos tuvo lugar en Baltimore en 1899. En esta se extirparon siete kilos de grasa del abdomen de una mujer judía de 32 años que pesaba 120. Mientras, el primer estiramiento facial se realizó en 1901; y la primera intervención quirúrgica de los párpados fue en 1906. Finalmente, en 1920 se alcanzó las cirugías de transformación sexual que le permitió a muchos hombres castrarse para convertirse en mujer.
Finalmente, a comienzos del siglo XXI, llegaron las técnicas menos invasivas como las inyecciones de bótox, además de que muchas de estas intervenciones se volvieron más asequibles para abrir la puerta de la transformación estética a todos los estratos, y que así, cualquiera pudiera alcanzar la felicidad.
Las cirugías plásticas más raras del mundo
Son miles de procedimientos de todo tipo los que se han hecho alrededor del mundo y a lo largo de la historia, sin embargo, destacan unas que se han ganado la etiqueta de “sorprendentes y curiosas”. Nuestros amigos de la clínica estética Cenydiet nos cuentan cinco de ellas:
1)Plastia de rotación o cómo convertir un tobillo en una rodilla
Aunque suene imposible, esta cirugía reconstructiva utiliza al tobillo como articulación de la rodilla, de esta forma se extirpa la parte inferior del fémur, la rodilla y la tibia superior. La parte inferior de la pierna se gira 180 grados y finalmente se une al muslo, y luego de instalar una prótesis, el tobillo del pie funciona como si se tratara de la rodilla.
Dicha operación fue realizada a un adolescente en Missouri (EE.UU.) al que le diagnosticaron un osteosarcoma en la rodilla.
2) Osteo-Odonto-Queratoprótesis o la hazaña de restaurar la vista con un diente
Aún más increíble es la cirugía de “diente en ojo” llevada a cabo por Benedetto Strampelli, del Hospital San Camillo de Italia, para restaurar la visión en aquellos pacientes que sufrían de ceguera debido a un daño irreversible de la córnea.
El procedimiento consiste en extraer el diente canino o premolar del paciente y el hueso circundante ya que esto garantiza que el cuerpo del paciente no lo va a rechazar. Entonces, se perfora un agujero en el diente y se inserta una lente de plástico, lo cual será implantado en la mejilla del paciente.
La misión de la pieza en la mejilla es crear nuevos vasos sanguíneos, para, después de unos meses, ser reimplantada en el ojo, en donde la luz será capaz de pasar a través de ella y restaurar la visión perdida.
3) Hemisferectomía: Quitar la mitad del cerebro para evitar convulsiones
La hemisferectomía consiste en desconectar de forma parcial o total uno de los hemisferios del cerebro de forma que se eviten ciertas condiciones neurológicas que puedan afectar las funciones físicas y psicológicas del paciente.
Ya que estamos hablando de una parte muy delicada de nuestro cuerpo, que tiene miles de conexiones nerviosas de cuidado, es una intervención de alto riesgo, que puede durar hasta 12 horas y que solo está indicada para aquellas personas con casos graves de convulsiones como epilepsia severa, accidente cerebrovascular perinatal, hemimegalencefalia (donde un lado del cerebro es mayor que el otro), enfermedad de Sturge-Weber-Dimitri (caracterizada por marcas de nacimiento faciales, glaucoma y convulsiones) y encefalitis de Rasmussen.
4) Trasplante de corazón heterotópico, porque dos corazones son mejor que uno
Más delicado aún siempre ha sido el corazón, sobre todo cuando hablamos de trasplantar uno nuevo que podría ser rechazado por su cuerpo huésped. Incluso, existen casos, raros, pero reales, en los que el corazón del paciente no puede funcionar solo y necesita de un ayudante.
En dichos casos, se recurre al trasplante de corazón heterotópico en el cual se inserta un segundo corazón al lado derecho del corazón del receptor que está dando problemas. Luego, estos corazones se unen de forma quirúrgica para que la sangre del corazón del receptor pueda fluir hacia el nuevo corazón, salvando la vida del paciente.
Aunque no ha sido la práctica más común, Tyson Smith de Estados Unidos, puede decir que es efectiva.
5) Trasplante de cabeza para curar la parálisis
Y por último llegamos a lo casi imposible, el trasplante de cabeza. Este procedimiento se cree que puede llegar a curar la parálisis causada por enfermedades neurológicas o que debilitan los músculos.
Con esta cirugía se pretende extraer la cabeza del receptor y la del donante sin causar daños en la médula espinal. Luego, se colocarán en hipotermia profunda durante unos 45 minutos para reducir el daño nervioso, para luego unir la cabeza del receptor al cuerpo del donante usando la fusión de la médula espinal.
No será una intervención fácil, y de hecho, se estima que podría durar unas 36 horas y que sea llevada a cabo por un equipo de alrededor de 150 cirujanos y enfermeras.
De hecho, el trabajo no termina allí. Una vez completado el procedimiento, el receptor deberá estar en coma durante 3 o 4 semanas, con el fin de minimizar el movimiento hasta estar seguros que las conexiones nerviosas entre el cuello y la columna se fusionen con éxito.