El suelo pélvico y su reeducación

El suelo pélvico está formado por un conjunto de músculos y ligamentos que se encuentran en la base de la pelvis y cierran la cavidad abdominal en su parte inferior. Su función es sostener los órganos pélvicos masculinos y femeninos, vejiga, uretra, útero, vagina y recto en la posición adecuada, ya que de ello depende su normal funcionamiento. El suelo pélvico está formado por:

  • Cuatro huesos: los dos ilíacos, el sacro y el coxis  
  • Cuatro articulaciones: 2 sacroilíacas, la sacrocoxígea y la sínfisis pubiana con sus respectivos ligamentos.
  • Ligamentos: el útero-sacro que se origina en el útero y se inserta en las vértebras del sacro S1, S2 y S3, el que va del pubis a la parte anterior de la vejiga y el ligamento ano-coxígeo.
  • Musculatura: El suelo pélvico está formado en un 70 % por tejido conjuntivo y en un 30 % por musculatura.
  • Órganos: Vejiga, uretra, útero, vagina y recto.
  • Arterias, nervios y vasos linfáticos.  

Entre sus funciones se encuentran la de controlar los esfínteres para una correcta micción y defecación, preparar y controlar la musculatura para el parto, servir de sostén para los órganos que contiene, mejoran la calidad de las relaciones sexuales, etc. En este sentido, el suelo pélvico, al igual que el resto de nuestro cuerpo, necesita que lo cuidemos, dado que nos acompañará durante toda nuestra vida. Es por ello por lo que nosotros os recomendamos que os pongáis en manos de Vahinemassage para recibir unos masajes que os dejarán nuevos. Esto se debe a que estos no son un masaje más, sino que se trata de masajes eróticos, donde podrás darte un descanso, relajarte e inhibirte de la realidad, así como dar la bienvenida al placer a través de sus profesionales, unas personas discretas y cualificadas en masajes sexys.

Las funciones del suelo pélvico pueden verse debilitadas y dañadas por factores como:

  • El envejecimiento o factores hereditarios.
  • El estreñimiento crónico. Cada defecación con fuerza es como un pequeño parto para el suelo pélvico, por eso es importante realizar una alimentación en la que los vegetales, la fibra, la fruta o la hidratación estén siempre presentes con el fin de prevenir el estreñimiento. 
  • El embarazo, parto, postparto o menopausia también dañan el suelo pélvico produciendo atrofia y sequedad vaginal.
  • Deportes con un alto impacto como el voleibol, el running, etc. pueden provocar incontinencia urinaria.
  • Tos crónica por tabaquismo.
  • Obesidad.
  • Ciertas profesiones que exijan esfuerzos hiperpresivos.

Un suelo pélvico debilitado o dañado puede acarrear algunos problemas al organismo, los más importantes son:

  • Incontinencia urinaria. Puede ser leve o abundante. Si ante situaciones cotidianas como toser, reír, estornudar, etc. sufrimos una pequeña pérdida de orina debemos consultar con un especialista.
  • Prolapso. Se trata de un descenso o caída parcial o total de los órganos internos.
  • Dolor lumbar.
  • Disfunciones sexuales. Es el trastorno más común en mujeres con patología de suelo pélvico, en la que pueden presentar anorgasmia, sequedad vaginal, falta de tono muscular, vaginismo, dispareunia, frigidez, etc., mientras que en el hombre puede provocar disfunción eréctil, eyaculación precoz, dolor durante o después del acto sexual, etc.

Afortunadamente la falta de tono muscular se puede prevenir, tratar y curar mediante la realización de una serie de ejercicios especiales que nos ayudan a fortalecer la pared abdominal o mediante la electroestimulación. Con los programas médicos y ejercicios fisioterapéuticos adecuados de la zona pélvica se pueden conseguir importantes mejoras. Mediante el Pilates o la gimnasia abdominal hipopresiva se puede mejorar el tono y fortalecer la musculatura del abdomen, lumbar y del suelo pélvico obteniendo de este modo importantes mejoras posturales y fortaleciendo el suelo pélvico. Unos sencillos ejercicios básicos serían:

  • Contraer los músculos del suelo pélvico, cerrando y elevando hacia adentro y hacia arriba el ano, la uretra o la vagina en el caso de las mujeres.
  • Intentar introducir la punta de los dedos por delante de las crestas iliacas, para comprobar si se está contrayendo correctamente el musculo transverso del abdomen.
  • Intentar meter tripa ligeramente, como cuando estamos cerrando la cremallera de unos pantalones.
  • Soplar suavemente hasta que los pulmones se queden sin aire.   

La incontinencia urinaria

Se entiende por incontinencia urinaria la pérdida de control de la vejiga. Los dos tipos más comunes y frecuentes son la incontinencia de esfuerzo provocada por debilitamiento del suelo pélvico y la incontinencia de urgencia o vejiga hiperactiva, que supone una necesidad fuerte y repentina de orinar. Ambas afectan en un mayor porcentaje más a las mujeres que a los hombres y también puede ocurrir que algunas mujeres sufran a la vez ambos tipos de incontinencia, es lo que se denomina como incontinencia “mixta”. Las causas son varias en primer lugar por debilitamiento del suelo pélvico, como ya vimos anteriormente, y en segundo lugar porque la uretra de la mujer es más corta que la del hombre.  

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