Como la mayoría de adolescentes llevé ortodoncia fija desde aproximadamente los 12 o 13 años hasta los 15. Normalmente este tipo de tratamiento suele dar bastante miedo, especialmente porque es una edad complicada. Sin embargo, en este artículo os voy a explicar mi experiencia personal si sois jóvenes y os van a poner brackets o si tenéis hijos que van a necesitar ortodoncia fija.
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No tuve ningún problema para comer
Uno de los principales miedos a la hora de ponerse ortodoncia fija es que se va a limitar la ingesta de algunos alimentos o incluso se puede reducir el apetito. Sin embargo, yo no tuve problemas con la alimentación. Comía prácticamente de todo y sin ningún tipo de dolor ni impedimento.
Aunque hay que hacer caso a los dentistas y evitar el consumo de alimentos demasiado duros que pueden afectar a la ortodoncia fija. “Durante un tratamiento de ortodoncia fija existen diversos alimentos que hay que evitar como es el caso de los chicles, el turrón duro y los dulces demasiado pegajosos. También se desaconseja morder frutas y verduras frescas duras como manzanas o zanahorias, es mejor cortar en pequeños trozos estas piezas para comer sin problemas”, explican desde Clínica Dental López Rodrigo, centro odontológico de referencia en Las Palmas de Gran Canaria.
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La limpieza era más complicada
Un aspecto que si aprecié que fue mucho más difícil con la ortodoncia es que la limpieza era mucho más complicada. Había que cepillar los dientes con más esmero para poder conseguir eliminar toda la suciedad y tener una buena higiene bucodental.
Además, era normal que se quedasen restos de alimentos entre los brackets tras cada comida. Por lo que evitaba comer algunos alimentos en público o intentaba llevar un kit dental con cepillo de dientes y pasta para poder cepillarme los dientes fuera de casa.
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Las llagas y el dolor eran mínimos
Es habitual que la ortodoncia fija produzca llagas o dolor. Pero no tengas miedo por este aspecto, ya que las molestias son mínimas y te irás acostumbrando a medida que vaya pasando el tiempo.
Esto no quiere decir que el aparato no te vaya a molestar, sino que es un dolor que se puede tolerar sin problemas. Además, las molestias suelen ser mayores tras las visitas al ortodoncista cuando ajusta el aparato pero con el paso de las horas o días suele remitir el dolor.
Y si el aparato te produce demasiadas llagas o dolor pregunta a tu dentista porque te recomendará diferentes opciones. Por ejemplo, para las llagas se suele aplicar cera, mientras que si te duele la mandíbula por la presión puede que te aconseje tomar antiinflamatorios.
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La mayoría de adolescentes llevan
Siempre se ha pensado que los jóvenes se suelen meter con los adolescentes que llevan ortodoncia fija. Y sí es verdad que cuando yo llevé este tratamiento había alguna que otra persona que se reía de mi aspecto, pero eran muy pocas personas porque la mayoría de jóvenes lo llevábamos. Además, las personas que se reían por llevar este tratamiento lo hacían con cualquier punto de negativo de cualquier persona por lo que no se les tenía en cuenta ni me afecta su opinión.
Así que olvídate de que se vayan a reír de ti por llevar bracktes, porque seguro que muchas personas de tu clase o instituto también los llevan. Además, si se ríen por eso no te preocupes porque te los van a quitar al tiempo y tras el tratamiento tendrás una bonita sonrisa.
Y aunque la ortodoncia fija afecte a la estética al poder cambiarse el color de los brackets en muchos casos puedes cambiar tu aspecto y dar un toque más divertido a tu sonrisa.
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El resultado merece la pena
Y la última cuestión que os quiero contar de mi experiencia con ortodoncia en plena adolescencia es que el resultado merece la pena. Yo llevé durante varios años aparato fijo, aproximadamente desde los 13 años hasta los 15. Y a pesar del dolor, el dinero invertido por mis padres, la multitud de visitas al dentista y las fotos que pasarán a la posteridad merece la pena. Porque sinceramente prácticamente no me acuerdo de los aspectos negativos del proceso, pero si es visible el resultado con mi dentadura y sonrisa.
Así que si te han recomendado un tratamiento de ortodoncia fija para alinear tu dentadura o mejorar tu sonrisa no te lo pienses. Y es que una vez que te quiten el aparato y veas el resultado en el espejo sabrás como yo que merece 100% la pena.