Estamos en un momento en el que la sociedad de la imagen gobierna con puño de hierro toda impresión personal que pueda desprenderse de nosotros y nosotras. Está claro que elementos como las redes sociales son los que se encargan de juzgar no solo a las personas, sino también a los lugares. Es evidente que hay que poner toda la carne en el asador para adaptarnos a esa sociedad de la imagen, algo que no es fácil y que ha implicado un cambio de mentalidad que es realmente importante. Y eso no ha sido fácil.
Una de las cosas que más se valora en los tiempos que corren en lo que no tiene que ver estrictamente con las personas es la manera en la que tenemos de decorar nuestra vivienda. Es decir: ya no solo se tiene en cuenta la imagen que desprende alguien con su cuerpo o con la ropa que lleva puesta, sino que ahora también se valora, y con mucho detenimiento, la manera en la que se han encajado diferentes elementos que forman parte de las viviendas para dotarlas de un estilo o de otro. Y es que ese tipo de cuestiones también tienen cabida en las redes sociales.
Pero, ¿cuánto gastamos en este país para decorar nuestras viviendas? La verdad es que a eso nos da respuesta un artículo que fue publicado en el portal web Vivir Hogar, en el que se apunta que el 80% de los españoles asegura que se gasta un máximo de 1.000 euros al año en este tema. Se trata de un montante importante, pero tampoco excesivo. Sabemos que la decoración es elemental en una vivienda, pero tampoco pensamos que eso sea más importante que otro tipo de cuestiones como lo pueda ser la calidad de vida, por ejemplo.
Un importante portal web argentino destacaba el importe que, a juicio de su redacción, puede ser necesario para realizar la decoración de una vivienda. Ese importe es de 15.000 dólares, algo que a nosotros la verdad es que nos resulta realmente excesivo. Y es que creemos firmemente que no hace falta gastarse ese dineral para conseguir una casa bonita. Se puede ser muy práctico, muy eficaz y muy original aunque nos gastemos solo 1.000 euros, como decíamos en el párrafo anterior. Pero hay que tener claro dónde podemos aspirar a eso.
Decorar no tiene por qué ser caro ni mucho menos. Existe una concepción generalizada de lo que ha sucedido con algunas personas que, al decorar su casa, han gastado una cantidad importante de dinero. Pero lo cierto es que hay maneras de evitar estas situaciones, hay historias que son muy diferentes a esas. Y es que, para decorar, no hace falta tirar la casa por la ventana. Podemos decorar el exterior de nuestra vivienda con, por ejemplo, un toldo de los colores que elijamos. Esa es una práctica que es cada vez más recurrente. Así es como nos lo han contado los profesionales de Toldos Clot, especializados precisamente en este tipo de objetos.
El color, principal elemento para la decoración
Si hay algo que tenga que ver con la decoración, eso es sin duda el color, que es un elemento que nunca puede faltar si queremos hacer de un lugar algo atractivo. Esta es una ventaja tremenda para todas aquellas personas que estamos interesadas en la decoración, puesto que el color nos lo pueden dar objetos que teóricamente son muy baratos, como es el caso de, precisamente, los toldos. No cabe la menor duda de que esto es algo que a todo el mundo le permite tener acceso a la consecución de una vivienda mucho más alegre.
Estamos en un momento en el que todo lo que sea colorido es ventajoso en términos de decoración, y la verdad es que un toldo, algo que nadie podría pensar que es un elemento clave para favorecer esa decoración, puede resultar muy útil para ello. Y tenemos que aprovecharlo, porque además es un objeto al que tenemos acceso todo el mundo y que se puede encontrar relativamente fácil en el mercado. A esto nos referíamos con el hecho de que no hace falta tirar la casa por la ventana para acertar con nuestra decoración.
Hay que tener en cuenta otra cosa de la que no nos podemos olvidar nunca. Y es que la decoración es algo que está muy sujeto a las tendencias. Y las tendencias cambian. Siempre será más fácil y más barato cambiar un toldo que cambiar todo un enjambre de cosas, algo que siempre va a ser más caro, más difícil y, sobre todo, que nos va a llevar mucho más tiempo. Cada persona, como es lógico, es libre de decidir por sí misma. Pero hay cosas que funcionan y cosas que no.