Por dolor lumbar o lumbalgia se entiende un dolor localizado en la zona lumbar, es decir en la parte inferior o parte baja de la espalda, cuyo origen tiene que ver con la estructura músculo-esquelética de la columna vertebral.
La lumbalgia es el dolor más habitual de la columna vertebral, se estima que aproximadamente entre un 60 y un 80 % de las personas sufren en algún momento de su vida un dolor lumbar, si bien la mayoría de las veces su causa tiene un origen muscular, son muchos y de muy diversa índole los factores que pueden influir en la aparición de ese dolor, como pueden ser:
- Estrés.
- Alteraciones óseas como artrosis, artritis, osteoporosis, espondilitis anquilosante…
- Alteraciones en la formación y alineación de la columna vertebral como escoliosis, cifosis…
- Hernias discales.
- Tumoraciones, enfermedades degenerativas…
- Lesiones producidas por una actividad física o deportiva mal realizada.
- Sedentarismo o falta de una actividad física frecuente.
- Malas posturas.
- Contracturas musculares.
- Fracturas por osteoporosis, traumatismos violentos…
- Como resultado de un esfuerzo físico fuerte, como pueden ser trabajos pesados o en los que haya que realizar movimientos repetitivos, levantar pesos, etc. Es un tipo de padecimiento que como consecuencia de su trabajo sufren los trabajadores de la construcción, causando en un alto porcentaje bajas por incapacidad laboral temporal. En este sentido, muchas empresas están buscando la forma de que sus empleados no sufran con este tipo de problemas y una de las más avanzadas en este aspecto es Cubiertas Estévez, una compañía especializada en cubiertas y tejados, con una amplia experiencia en el sector, que ofrece a sus trabajadores las mejores condiciones laborales para evitar problemas lumbares a la hora de instalar cubiertas, así como ofrece a los clientes las mejores soluciones para que las cubiertas se manejen de la forma más cómoda posible, evitando problemas de salud.
El dolor en la lumbalgia aparece por un mecanismo neurológico que implica la activación de los nervios que transmiten el dolor y el desencadenamiento de la contractura muscular y la inflamación o incluso a veces hasta conlleva la compresión de la raíz nerviosa.
Según el portavoz de la Sociedad Española de Reumatología, la lumbalgia puede afectar a personas de todas las edades, por lo que la diferencia por sexos y edad varía fundamentalmente en base a:
- Los cuadros crónicos y degenerativos son más frecuentes entre los 45 y 65 años, y con una mayor incidencia, alrededor del 60 %, en el caso de las mujeres.
- La inflamación producida por la espondilitis anquilosante tiene una mayor frecuencia en el varón joven.
- Las infecciones van a ser más frecuentes en mayores de 50 años.
Los síntomas que presenta la lumbalgia son variados, sensación de hormigueo, ardor, pérdida de sensibilidad, debilidad en las piernas y los pies, dolor… El dolor puede tener diferentes intensidades, pudiendo presentarse desde un dolor leve hasta un dolor sordo o tan agudo que la persona que lo padece puede presentar dificultades para el movimiento, de igual modo también puede presentarse como un dolor local o irradiado, pudiendo extenderse hacia la cadera, la ingle, el muslo, la rodilla, el pie… dependiendo de la naturaleza y la causa del dolor.
Una vez realizada la exploración médica correspondiente, las pruebas pertinentes y detectada la causa que origina el dolor de espalda, la mayoría de las lumbalgias se tratan mediante un reposo relativo, aplicación de calor local para relajar la musculatura o de hielo para bajar la inflamación, la administración de analgésicos para calmar el dolor, antiinflamatorios o relajantes musculares, sesiones de fisioterapia con indicación de determinados masajes, etc.
Como norma general y con el fin de prevenir los dolores de espalda se debe intentar fortalecer la musculatura, para ello es importante seguir estos consejos:
- Realizar una actividad física frecuente y moderada como caminar, nadar, aquagym, yoga, pilates, bicicleta estática, etc.
- Evitar malas posturas o posturas incorrectas que dañen la espalda.
- Si debe permanecer mucho tiempo en la misma postura, realizar algún ejercicio de estiramiento tanto de la columna como de cuello, brazos y piernas.
- Evitar permanecer sentado con las piernas cruzadas.
- Conocer y aplicar las normas de higiene postural a fin de que si en algún momento se tiene que levantar un peso o realizar un determinado movimiento que suponga un sobreesfuerzo para la columna, se conozca cómo realizarlo para que la espalda soporte la menor carga posible.
La hernia discal
La columna vertebral está formada por 24 huesos denominados vértebras que se apilan unas sobre otras, en cuyo interior se encuentra el conducto raquídeo que protege la médula espinal. Entre cada una de las vértebras se encuentran los discos intervertebrales cuya misión es la absorción de los impactos cuando se realiza alguna actividad. La hernia discal se produce cuando el disco intervertebral se degenera y deteriora, lo que origina que el núcleo interno pueda filtrarse hacia una zona exterior del disco.