Lugo es una de las ciudades más conocidas de Galicia. No te pierdas el Puente Viejo, es decir, el puente romano de Lugo que cuenta con 8 arcos, pero ninguno romano.
Sin embargo, las bases de sus pilares de granito si fueron identificadas como romanas hace ya varios años. También te encantará la muralla romana del siglo III y está catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. ¡Rodea el casco antiguo a lo largo de 2 km!
La Catedral de Lugo, dedicada a la Virgen María, se encuentra al lado de la Puerta de Santiago y su construcción comenzó en el siglo XII.
Si quieres descubrir sus playas, te aconsejamos la Praia das Catedrais, o Playa de las Catedrales. En ella apreciarás las montañas verdes y se encuentra en Ribadeo.
Los profesionales de Mouronte Automóviles aconsejan que si quieres recorrer sus calles cargadas de historia alquiles un coche.
Lugo cuenta con una gran variedad de bares y restaurantes. Te encantará su gastronomía formada por carnes, pescados, mariscos, quesos y vinos. A continuación, te explicamos los platos típicos de Lugo. ¡Sigue leyendo!
Butelo de A Fonsagrada
El municipio de A Fonsagrada ofrece un embutido típico de esta localidad que tiene su origen en la necesidad de conservar la carne de cerdo después de la matanza.
Se prepara con las partes del cerdo, que se adoban antes de embutirse en el estómago o tripa gruesa del animal.
Capón de Vilalba
El capón se define como aquel ‘pollo que se castra cuando es pequeño, y se ceba para comerlo’. Es un plato que se prepara en Navidad, ya que en esa época se presenta el Capón de Vilalba relleno de verduras.
Bonito de Burela
El bonito de Burela puedes probarlo de diferentes formas: en empanada, cocido, asado a la parrilla, etc. También conocido como atún blanco del Atlántico y cuenta con reconocimiento nacional e internacional.
Se caracteriza por tener una carne jugosa y su sabor es intenso. El bonito migra a Galicia en los meses de verano porque busca aguas más cálidas.
La pesca del bonito de Burela forma parte de la cultura de Lugo, porque los pescadores llevan siglos utilizando técnicas respetuosas con el medio ambiente. ¡No te vayas de Lugo sin probar este plato!
Lacón trufado con huevo hilado
El lacón trufado es un plato típico de Galicia cuyo origen se remonta a las cocinas de los conventos del siglo XX. Pero, en el Pazo de los Quiroga de Lugo se empezó a sazonar con trufas y otras especias.
Caldo gallego
Es un plato idóneo para prepararlo en invierno, ya que se sirve muy caliente.
La Razón informa que «el caldo gallego es uno de los platos más característicos de la provincia de Lugo, más allá de los relacionados directamente con el pescado o el lacón con grelos, otro de los grandes protagonistas. Para que quede rico es fundamental conseguir buenos grelos, y la sopa de cebolla. La clave es prepararla con un buen fondo, hecho con varios huesos de jamón y rodilla, además de usar una mantequilla de muy buena calidad para pochar la cebolla. Los ingredientes fundamentales son judías blancas, unto, tocino salado, panceta de cerdo, espinazo de cerdo, chorizo, patatas, grelos, agua y sal».
Queixo do Cebreiro
Se trata de un queso fresco con una textura blanda y granulosa. Es un producto elaborado a base de leche de vaca y con Denominación de Origen Protegida.
Este queso no tiene ningún tipo de conservante ni aditivos, y puedes presentarlo en recetas dulces y saladas.
Pulpo a la Gallega
Los cocineros presentan en el plato un pulpo cocido con patatas cocidas, aceite de oliva, pimentón y sal gorda. Los expertos explican que es aconsejable golpear el pulpo 33 veces si es fresco.
Empanada de liscos y chorizo
En Lugo encontrarás empanadas con picadillo de cerdo y pimentón, bacalao y pasas, mejillones, calamares, atún o bonito, etc. Pero, la más típica de Lugo es la empanada de liscos y chorizo.
Sus ingrediente son: aceite de oliva, cebolla, puerro, pimiento rojo, chorizos poco curados, panceta, sal y pimentón.
Lacón con grelos
En este plato apreciarás el sabor característico del lacón, una pieza de carne de cerdo curada, con el amargor de los grelos, una verdura típica de la región que se recolecta en invierno.
Es esencial cocinar a fuego lento, para que los sabores se concentren y conseguir una carne tierna y jugosa. Los grelos se blanquean en agua hirviendo para suavizar su sabor y luego se saltean con un poco de aceite de oliva, ajo y pimentón.
La carne de lacón se corta en rodajas y se presenta junto a los grelos salteados. ¡Se puede acompañar con patatas cocidas y pan!