El miedo al dentista existe, y a pesar de los avances en materia de salud dental realizados por la ciencia y por las propias clínicas no ha terminado de desaparecer. Todos conocemos a personas que no van regularmente a las revisiones y lo que hacen es poner en serio peligro su salud oral y también la salud en general. No olvidemos que la boca es una de las principales puertas de entrada para el resto del cuerpo, lo que hará que tenga directa relación con otro tipo de enfermedades y diversas patologías. Como aseguran desde la Clínica Dental David Alfaro, buena parte de la población no es consciente de que las enfermedades de carácter periodontales tienen un efecto negativo sobre la diabetes, las personas con problemas de corazón o incluso a las mujeres que se encuentren en cinta.
Si se ignora el tener las pertinentes revisiones con el dentista, tenemos que ser consciente también del deterior a nivel estético que se produce en nuestra sonrisa, por no hablar de la pérdida de piezas dentales.
Vamos con unos útiles consejos para superar el miedo al dentista:
Información sobre las formas y procedimientos para luchar contra ese miedo:
Hace bastantes años, cuando la tecnología y el instrumental en el campo de la tecnología no estaba totalmente desarrollado era bastante comprensible tener miedo al dentista.
El caso es que con lo que ha avanzado la tecnología en estos últimos años, hay tácticos de lo más avanzadas para que los pacientes estén tranquilos.
Una de las técnicas que más ayudas es la sedación consciente, la cual evita episodios como los de la ansiedad y el estrés. Puede usarse en todo tratamiento con petición por parte del paciente, aunque lo normal es usarlo en la cirugía de implantes.
Tratamiento del dentista con las preocupaciones
Algo importante es tener cita con al dentista que vaya a realizarte el tratamiento. Así es como va a poder explicar tu diagnóstico y del tratamiento que se hará para que no queden dudas que no se resuelvan.
En este sentido, recomendamos aprovechar la cita para transmitir los miedos que se puedan tener.
El horario de la cita también influye
Hay que intentar evitar, siempre que se pueda, el que estemos toda la jornada pensando que tenemos una cita concertada. Por este motivo, lo mejor es que la cita sea en las primeras horas de la mañana, así nos quitamos el tema cuanto antes mejor.
Piensa en la posibilidad de tomar medicación para relajarnos
Si piensas que nos va a ayudar, lo mejor es preguntar al dentista si es posible tomar alguna clase de medicamento que nos calme los nervios, eso sí, siempre con la recomendación del médico u odontólogo.
En la sala de espera… no solo hay que esperar
Esos momentos existentes antes de entrar al gabinete del especialista puede que sean los más tensos. Recuerda siempre hacer cosas que desvíen nuestra atención, como puede ser leer, escuchar nuestra música favorita, etc. Lo importante es encontrar cualquier clase de alternativa que mantenga nuestra mente bien ocupada. Es de gran utilidad el poder acudir con acompañantes que nos ayuden a estar entretenido.
La confianza en del dentista es importante, por lo que siempre vamos a recomendarte que hagas la visita de varios odontólogos, tratando con ellos nuestras preocupaciones y viendo si son lo bastante pacientes, próximos y gentiles para ayudar a tratar a los pacientes que tengan miedo al dentista.
Aprende técnicas de relajación
Es posible también sacar provecho del tiempo de esperar haciendo algunos ejercicios mentales de cara a relajarse, para que cuando llegue el turno sintamos la suficiente confianza en este sentido.
En cuanto estemos el sillón del dentista, lo mejor es que nos concentremos en respirar de manera pausada y profunda, simplemente pensando en cosas que nos sean agradables.
Acuerda un gesto con el dentista si notas dolor
El tener el conocimiento de que podemos realizar un gesto con el que el odontólogo deje de hacerlo que está haciendo en ese momento es algo que nos proporciona bastante seguridad y que seguro ayudará a que controlemos el miedo que sentimos con el dentista. En este sentido es bastante útil, el que levantemos el brazo cuando nos sintamos incómodos o tengamos dolores.
Estamos ante una magnífica manera de evitar estar realizando movimientos de brusquedad, de tal manera que los especialistas van a saber que tenemos que tener un momento para descansar.
Así que ya sabes, la salud de la boca no puede esperar y necesita de nosotros compromiso y la búsqueda de soluciones para que no renunciemos a un buen tratamiento.