La importancia que tiene encontrar tu sitio en el mundo
El titular de este artículo no es ninguna metáfora. Todos sabemos que es muy importante encontrar nuestro sitio en el
El titular de este artículo no es ninguna metáfora. Todos sabemos que es muy importante encontrar nuestro sitio en el
Ya sabemos cómo comienzan las grandes aventuras, o locuras, con un grupo de amigos tomando unas cañas y diciendo la famosa frase de “no hay huevos”. Pues sí, la mía también comienza en el viejo bar La Gramola, en Valladolid, con dos amigos de la infancia y unas Estrella Galicia de por medio. Somos muy aficionados al fútbol, y por supuesto, al Atlético de Madrid. Pues bien, entre caña y caña, decidimos que era el momento de ir a ver al equipo del Cholo Simeone a Munich en el partido de la Liga de Campeones. Queríamos una noche de Champions y la queríamos por todo lo alto.
Ha sido el año muy duro… creo que el más duro ( y eso que han pasado cosas antes en este cuerpo de 50 años ) , realmente hemos perdido la esencia del ser humano, el contacto, algo que para mí es fundamental. Nos hemos quedado con muchos abrazos por dar, muchos besos que regalar, mucha emoción contenida, que más…. pero aun así vamos a terminarlo juntos. Y eso es el lado positivo. Porque después de esta maldita pandemia, la vida sigue, y lo mejor es pintar de color nuestra vida.
La verdad es que no suelo contar historias en las redes sociales ni en blogs, pero lo que he vivido en los últimos meses es para contarlo. Un momento para recordar, pedir disculpas y sobre todo agradecer lo que viví. Y es que yo pertenezco a ese grupo de personas que se han casado en tiempos de pandemia. Nunca pensé que el coronavirus me lo iba a poner tan difícil. Como os decía, no suelo utilizar las redes ni subir nada personal, pero por aquí es por donde puedo llegar al mayor número de amigos que asistieron a nuestra boda. No para nada en especial, sino para poder daros las gracias por todo, por asistir y acompañarnos, por ser respetuosos con la situación que vivimos todos, por saber divertiros con todas las pegas y limitaciones que nos han impuesto y que caray, ¡que sois geniales!
Ya sabemos que la adolescencia es una época muy complicada. Es ese momento en el que te sientes solo en la vida. Incomprendido y donde nadie te escucha. Y lo peor es cuando comienzas a abrirte a las relaciones sociales. Ya sabemos que los chavales y chavalas entre 12-18 años son muy crueles. Los defectos físicos siempre son los que marcan el presente y, sobre todo, el futuro. Por eso, la historia que os quiero yo contar es cómo por culpa de una mala dentadura, los años de adolescencia se pueden convertir en todo un infierno.
El titular de este artículo no es ninguna metáfora. Todos sabemos que es muy importante encontrar nuestro sitio en el
Ya sabemos cómo comienzan las grandes aventuras, o locuras, con un grupo de amigos tomando unas cañas y diciendo la famosa frase de “no hay huevos”. Pues sí, la mía también comienza en el viejo bar La Gramola, en Valladolid, con dos amigos de la infancia y unas Estrella Galicia de por medio. Somos muy aficionados al fútbol, y por supuesto, al Atlético de Madrid. Pues bien, entre caña y caña, decidimos que era el momento de ir a ver al equipo del Cholo Simeone a Munich en el partido de la Liga de Campeones. Queríamos una noche de Champions y la queríamos por todo lo alto.
Ha sido el año muy duro… creo que el más duro ( y eso que han pasado cosas antes en este cuerpo de 50 años ) , realmente hemos perdido la esencia del ser humano, el contacto, algo que para mí es fundamental. Nos hemos quedado con muchos abrazos por dar, muchos besos que regalar, mucha emoción contenida, que más…. pero aun así vamos a terminarlo juntos. Y eso es el lado positivo. Porque después de esta maldita pandemia, la vida sigue, y lo mejor es pintar de color nuestra vida.
La verdad es que no suelo contar historias en las redes sociales ni en blogs, pero lo que he vivido en los últimos meses es para contarlo. Un momento para recordar, pedir disculpas y sobre todo agradecer lo que viví. Y es que yo pertenezco a ese grupo de personas que se han casado en tiempos de pandemia. Nunca pensé que el coronavirus me lo iba a poner tan difícil. Como os decía, no suelo utilizar las redes ni subir nada personal, pero por aquí es por donde puedo llegar al mayor número de amigos que asistieron a nuestra boda. No para nada en especial, sino para poder daros las gracias por todo, por asistir y acompañarnos, por ser respetuosos con la situación que vivimos todos, por saber divertiros con todas las pegas y limitaciones que nos han impuesto y que caray, ¡que sois geniales!
Ya sabemos que la adolescencia es una época muy complicada. Es ese momento en el que te sientes solo en la vida. Incomprendido y donde nadie te escucha. Y lo peor es cuando comienzas a abrirte a las relaciones sociales. Ya sabemos que los chavales y chavalas entre 12-18 años son muy crueles. Los defectos físicos siempre son los que marcan el presente y, sobre todo, el futuro. Por eso, la historia que os quiero yo contar es cómo por culpa de una mala dentadura, los años de adolescencia se pueden convertir en todo un infierno.
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