La aparición de las app de búsqueda de pareja pareció dejar a un lado el contacto físico directo previo a las citas. Es decir, conocerse en persona antes de lanzarse a la aventura de salir como algo más. De hecho, no se trata de algo aparente, las relaciones virtuales están a la orden del día y las app y diferentes páginas de contactos a las que podemos acceder, ocupan el primer lugar del ranking a la hora de conocer gente. Los tiempos han cambiado y con ellos, la forma de relacionarse.
A muchos y muchas, no deja de asombrarnos que para los más jóvenes, una relación de pocos meses o un año, se considere larga. El ritmo que llevan en su dilatada lista de parejas es tan frenético que a los que nos sentimos de otra época (quizá porque pertenecemos a una generación intermedia), nos resulta alarmante. Ni que decir tiene que a nuestros predecesores, les viene tan grande que no lo asimilan y prefieren obviarlo. Aquellos que vivieron de algún modo el encorsetamiento de las relaciones en las que había que seguir un protocolo, ven en estos tiempos modernos, el sumun de la liberación. Todo vale, nada está prohibido.
Todo esto está muy bien según el prisma desde el que se mire. Las app de contactos permiten conocer mucha gente, de toda clase y condición. En cualquier momento y en cualquier lugar. No discrimina y en ellas, cabe todo. Eso es precisamente lo que debería cambiar. Algún filtro que determine que la persona con la que hablas es de confianza. Nadie puede asegurar que encuentres a tu media naranja ni se pretende, pero al menos debería garantizarse la seguridad de los usuarios. Pervertidos, depravados y psicópatas, campan libremente por las redes sociales haciendo de las suyas.
Tal vez en la era analógica se cuele algún ser indeseable. Sin embargo en las agencias matrimoniales como Agencia Géminis, limite el campo de acción de la gente non grata. Pasar por una entrevista personal y conocer a los candidatos y candidatas a contratar los servicios que prestan, es un plus añadido que no ofrece ninguna app. Si bien una agencia matrimonial de toda la vida no puede garantizar el éxito de una relación, su actuación aporta más confianza en la selección.
Encontrar el amor a través de una agencia ¿es posible?
Encontrar a tu media naranja no es una tarea fácil. Nunca lo fue y nunca lo será. Cada vez es más complicado encontrar el amor sincero y la relación ideal. Precisamente porque tenemos una extraña tendencia a idealizar el concepto de pareja y amor que riñe claramente con la realidad que estamos dispuestos a vivir. La teoría es una; la práctica otra. Se nos educa para buscar pareja, formar familia, cumplir con unos ciertos cánones… pero ¿se nos enseña a amar?
La misión de buscar pareja no es tan difícil como el hecho de encontrarla. Hoy en día puedes buscar pareja o amor o lo que quieras, a decir verdad, a través de las redes sociales, foros o cualquier rincón de la red. En desuso ha caído fijarte en el vecino o la vecina, algún amigo o amiga o salir a ligar a un bar. Al bar llegas con la tarea hecha porque ya has quedado vía internet con el sujeto o sujeta en cuestión.
Al margen del ligoteo vil de toda la vida o el actual, muchas personas no son capaces de encontrar el amor y recurren a las agencias matrimoniales. Algo que suena tan arcaico como las alcahuetas de siglos pasados, sigue hoy tan vigente como hace décadas. Por increíble que parezca, este tipo de servicios cuenta con una elevada demanda, en la que la mayoría de clientes, huyen de las redes sociales en las que han salido escaldados o escaldadas.
Como su nombre indica y todos sabemos, una agencia matrimonial es una organización o empresa que tiene como misión ofrecer servicios exclusivos a sus clientes: contactar con parejas potenciales. Su trabajo es facilitar y posibilitar que surja una relación amorosa sólida, con fines de matrimonio.
Los recursos que ofrece la red, son numerosos aunque cuestionables. Mediante una agencia matrimonial, los filtros son más efectivos. El tú a tú es más directo y la propia agencia filtra los candidatos de una manera más eficaz. La selección no la realiza un algoritmo, sino una persona con criterio. Una de las ventajas que ofrecen estas agencias es la de vincular perfiles de forma convencional. En este sentido, disminuye la probabilidad del factor sorpresa negativo en lo que a la personalidad de la elección respecta. Es decir, al conocer al candidato o candidata elegido, las probabilidades de compatibilidad son mucho mayores. La descripción mucho más precisa y detalla que se proporciona a la agencia y los datos que se aportan, serán con toda probabilidad más certeros que los que se ponen en cualquier app. Entendemos que pagar por ciertos servicios implica mayor seriedad.
Ventajas, desventajas… ¿Quién da más?
Para aquellos que optan por buscar el amor de forma inusual, y con inusual queremos decir lejos de lo convencional (de forma natural sin recurrir a terceros), existen las redes sociales y las agencias matrimoniales. Las primeras ofrecen la ventaja de la inmediatez que, a su vez es un contra. En una aplicación puedes mirar fotos y ver perfiles de todo tipo y condición, dejarte llevar por los ojos y salir corriendo a encontrar el amor. Probar infinitas veces hasta dar con la persona adecuada (a veces pasa) o darse de bruces con la realidad: nadie es perfecto.
En el caso de las agencias matrimoniales, podemos encontrar una serie de ventajas y desventajas de las que podemos hablar para saber cómo funcionan en realidad. De hecho, las apps de internet, basan sus funcionalidad en las agencias matrimoniales de toda la vida, solo que a otro nivel.
Entre las ventajas de las agencias, encontramos la simplicidad. Con hacer un registro adecuado en la página (también funcionan online) o llamar puede ser suficiente. Aunque las más profesionales exigen un contacto directo y el registro debe hacerse in situ. Es la mejor manera de asegurar la calidad de la información y lo que quiere o busca el candidato o candidata. A partir del registro, se cruza la información entre los diferentes candidatos. Algunas de estas agencias ofrecen sus servicios de forma gratuita en su versión básica. Lo más normal es pagar una cuota de suscripción o una cantidad concreta.
Esto implica conocer a personas de manera más rápida o poder cambiar de candidato en el caso de que la persona elegida no sea de tu gusto. Al poder establecer de primera mano las pretensiones, la agencia trabaja buscando elementos afines en las posibles parejas, tal y como sucede cuando conoces a alguien de forma tradicional. Algunas de las agencias, disponen de un servicio de apoyo psicológico para ayudar a superar los traumas que producen malos encuentros, la inseguridad o el miedo.
Entre las desventajas, puede darse que las empresas no trabajen como prometen y el compromiso adquirido con el cliente, no sea cumplido. Esto genera una sensación de engaño y estafa en las personas que han contratado sus servicios. Tras un tiempo sin obtener el resultado deseado aparece la frustración, además de que a veces, el entorno no aprueba que se acceda a este tipo de servicios. Como nadie se presenta como es en realidad, puede darse la posibilidad de que la criba de la agencia no sea tan efectiva y la pareja elegida no sea genuina, con lo que, al final la relación no funciona.
Teniendo en cuenta estos aspectos, si te decantas por contratar los servicios de una agencia matrimonial, no olvides verificar su fiabilidad y la confianza que ofrece. Lo mejor es contratar una agencia que haga el registro en sus oficinas para comprobar in situ la calidad del personal y su manera de trabajar. Aun así, no se debe olvidar que el amor no son datos, ni números. Por mucho que acudas a una agencia matrimonial, no se garantiza el éxito de la relación. Si bien es cierto que en muchas ocasiones su trabajo ha resultado un éxito absoluto, las probabilidades de que las relaciones propuestas fructifiquen no aumentan en relación a las relaciones que se establecen de forma convencional.
Quizá este hecho no es solo una cuestión de encontrar personas a través de una agencia o una app. Los factores que influyen en que una relación funcione o no, van más allá de un mero cotejo de datos e información que dan como resultado la posible compatibilidad entre dos personas. El amor es otra cosa que no tiene que ver con números ni probabilidad. Tiene que ver directamente con las personas, su afinidad y el día a día. La atracción que se siente cuando ves a una persona no es sinónimo de amor eterno, lo que hoy te atrae, mañana te repele. Nos quedamos con el tópico de lo que cuenta es lo que hay en el interior (aunque el interior puede repeler más que el exterior) y recordamos que el amor es una carrera de fondo, un trabajo de campo que se labra cada día.