La muerte es algo que a todos irremediablemente nos va a llegar. Sin embargo, es un momento en el que nunca pensamos y del que queremos evitar hablar. Además, cuando llegar el fallecimiento de un ser querido es un momento duro y que puede ser complicado de superar. Sin embargo, los momentos difíciles sirven para aprender y mejorar como persona. Y por eso en este artículo os voy a contar 5 cosas que aprendí al fallecer mi abuela.
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Hay que perdonar en vida
La lección más importante que me dejó la muerte de mi abuela fue que hay que aprender a perdonar y dejar de lado las discusiones tontas porque no sabes si vas a poder decir lo que realmente piensas a tus seres queridos.
Y es que mi abuela siempre había tenido una gran amiga con la que hacían de todo juntas, se iban de vacaciones, de compras, a tomar algo, a la piscina, a andar o a jugar al mus. Las dos fueron un gran apoyo la una para la otra cuando fallecieron sus respectivos maridos.
Sin embargo, cuando mi abuela falleció no se hablaban. Habían tenido una discusión tonta hacía unas semanas y ni se dirigían la palabra a pesar de todo lo que habían vivido juntas. Estoy segura que eran un pilar fundamental la una para la otra. Pero cuando mi abuela se fue estaban distanciadas. Y eso dolió demasiado a la amiga de abuela, al no haberse podido perdonar en vida tal y como vi en el funeral y los meses posteriores.
Así que hay que dejar de lado las discusiones estúpidas y las riñas por tonterías. O al menos, saber perdonar después de que ocurran. Porque lo positivo y lo bueno siempre puede a lo malo.
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Es mejor elaborar un testamento
Otra lección que aprendí de este duro momento es que es mejor elaborar un testamento para evitar problemas y discusiones entre familiares.
Además, el testamento es muy fácil de realizar y siempre se puede modificar. “El testamento es un documento que expresa las voluntades de cómo se deben repartir los bienes o herencia. El documento se debe redactar teniendo en cuenta las normativas civiles, por lo que es mejor contar con ayuda profesional si no se tienen los conocimientos mínimos”, indican desde este bufete de abogados de prestigio en Madrid.
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El dinero es peligroso
La cuestión del reparto de la herencia no sólo me enseñó que es mucho mejor elaborar un testamento para evitar discusiones. También me dio la lección de que el dinero es muy peligroso y que la ambición para muchas personas es mayor que el amor.
Así que hay que tener mucho cuidado con el dinero, ser justo y equitativo cuando haya que repartirlo. Y es que como decía es muy peligroso, porque puede volver a un ser querido en un enemigo.
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No estás solo
No sólo aprendí a saber gestionar momentos negativos, también me llevé lecciones importantes de vida. Y es que en el momento de dolor y de pena al fallecer mi abuela que todos tuvimos en mi familia aprendí a que no se está solo y que el dolor se gestiona mejor acompañado.
Porque sí, para toda mi familia mi abuela era un ser querido. Pero hay muchas veces en las que nos encontramos mal o estamos pasando por un mal momento y preferimos callarnos antes de hablar y compartir nuestros sentimientos. Pero hablar y sentirse arropado ayuda a sobrellevar mucho mejor el dolor. Por eso, hay que saber que no estás solo.
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Hay que aprender a vivir el momento
Aunque parezca un topicazo una de las lecciones que me dejó el fallecimiento de mi abuela fue que hay que vivir el momento, porque nunca se sabe lo que puede pasar. Y es que aunque mi abuela fuese ya mayor su muerte no llegó tras pasar una larga enfermedad ni nada parecido, fue totalmente de repente por un accidente doméstico que nos puede ocurrir a cualquiera. Así que me dejó esa lección de vida, hay que aprender a vivir el momento. Y aunque el “carpe diem” no sea fácil de cumplir siempre se puede hacer algo para disfrutar un poquito más de la vida. Y tampoco hay que hacer grandes cambios, simplemente disfrutar de momentos especiales que te llenen como puede ser disfrutar de unas cervezas con amigos, hacer una barbacoa en familia o simplemente leer un libro a orillas del mar.
Estas son las lecciones que me dejó la muerte de mi abuela. Porque tal y como dicen es en los momentos duros y difíciles en los que realmente se aprende. Y yo quiero compartir estas lecciones con vosotros.